La publicidad tal y como la conocemos está a punto de
perecer. Los clientes ya no se dejan convencer por un anuncio publicitario al
viejo estilo, quieren experimentar nuevas experiencias que les hagan sentir
emociones. Por eso en los últimos años se ha comenzado a hablar del “branding
emocional”, una estrategia que muchas empresas están adoptando para conectar
con las personas y distinguirse de la competencia.
Probablemente el ejemplo más reciente y exitoso de branding
emocional es el de Apple. Esta empresa no vende producto, vende un estilo de
vida, no tiene clientes, tiene fans. Y no se trata de una mera disquisición lingüística
sino de un cambio sustancial en la manera de comprender el marketing y la
relación con los clientes potenciales.
Tres puntos clave para aplicar el branding emocional en tu empresa
Poner en práctica el branding emocional no es una tarea
fácil, demanda la inversión de gran energía y mucho tiempo pero los resultados
finales valen la pena porque al final se obtiene un cliente fiel que actuará
como embajador natural del producto. Por tanto, la empresa irá ampliando la red
de consumidores de forma exponencial.
Existen algunos lineamientos generales que pueden servir de
base para crear una estrategia de branding emocional:
1. Cambiar la
perspectiva del consumidor a la persona. Los consumidores compran, las
personas viven y se relacionan. En vez de diseñar una campaña de marketing para
vender un producto, preocúpate por asociar este producto con un estilo de vida,
con una experiencia. Recuerda que los productos están pensados para satisfacer
necesidades pero las experiencias satisfacen deseos. Es una diferencia sutil pero
trascendental.
2. Apostar por la
confianza. Los clientes normalmente suponen que una empresa es honesta
por lo que diseñar una estrategia de marketing basándose en este aspecto no
será muy productivo. Al contrario, deberás enfocarte en generar confianza,
tanto en la marca como en los productos que promociona. Una vez más, se trata
de una distinción sutil pero de vital importancia.
3. Desarrollar una
personalidad. Una estrategia de branding emocional se dirige a crear una
empresa con personalidad y hacer que los clientes lo noten. Hay muchas empresas
que tienen productos de calidad pero no consiguen venderlos porque no tienen una
personalidad que las distinga de sus competidores. De hecho, eso fue lo que
hizo Apple cuando creó los cordones de sus audífonos de blanco y cuando
Louboutin pintó de rojo la suela de sus zapatos.
El secreto que nadie desvela
En la base de una estrategia de branding emocional descansa
una idea fundamental: la empresa no brinda servicios, ofrece una relación.
Comprender al usuario final como un cliente hace que se establezca una relación
fría y distante pero si se brinda una atención personalizada todo cambia, ese
usuario siente que es importante y establece una conexión con la marca o la
empresa.
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