Con la llegada de redes sociales como Facebook o Twitter
prácticamente todas las empresas han creado sus perfiles con el objetivo de
atraer a más clientes y, como resultado colateral, aumentar sus ventas. Sin
embargo, a estas alturas muchas se habrán dado cuenta de que esta estrategia no
funciona, o al menos no es tan eficaz como suponían, sobre todo si han
contratado a alguien que se encargue de este aspecto.
Las cifras hablan por sí solas: solo 1 de cada 3 marcas considera
que la publicidad en Facebook es efectiva y el 81% de los usuarios ha dejado de
seguir a alguna marca en este canal.
Aclarando conceptos
Las redes sociales en realidad sí ayudan a vender más pero
ese no es su objetivo principal. Las empresas deben usar estos canales para
darse a conocer, para generar valor y para interactuar con sus clientes.
Promocionar un producto debe ser un objetivo secundario porque la mayoría de
las personas que usan las redes sociales no está interesada en comprar sino tan
solo en compartir información.
Las redes sociales son un canal para comunicarse con los
clientes potenciales, para descubrir qué quieren y necesitan. Son un canal para
mostrar los valores de la empresa más allá de sus productos. Cuando diseñemos
una estrategia de marketing debemos tener presente que las redes sociales no son
una vía para vender un producto, son un canal de comunicación.
Más seguidores no es sinónimo de más ventas
Existen empresarios que le pagan a una persona para que
lleve sus cuentas en las redes sociales y se entusiasman cuando ven que el
número de seguidores aumenta. Para ellos un número mayor es sinónimo de éxito,
lo cual equivale a mayores ventas.
Sin embargo, debemos tener presente que existen muchas
maneras de conseguir seguidores y esto no significa que sean personas
interesadas en nuestro producto. Por ejemplo, si tienes una empresa de seguros
que trabaja solo en España, ¿qué beneficios obtendrás si tienes miles de
seguidores de Latinoamérica, India o Estados Unidos? ¡Ninguno!
Por tanto, en ocasiones en las redes sociales se aplica el
refrán popular: “menos es más”.
Una red sorda es completamente inútil
Finalmente, existen las empresas que crean sus perfiles pero
no interactúan con sus seguidores, no responden a sus preguntas, no le dan un
seguimiento a las quejas y no agradecen los comentarios positivos. En estos
casos, cuando no se dispone del tiempo necesario para manejar la interacción,
lo mejor es no crear el perfil porque esto solo crea un enorme sentimiento de
frustración en las personas y, como resultado, la empresa perderá clientes
potenciales.
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